Agencia MANL
Guerrero.- El brutal asesinato de Alejandro Arcos Catalán, alcalde de Chilpancingo, ha sacudido a Guerrero y expuesto el control que Los Ardillos ejercen sobre amplias zonas del estado. Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana, reveló que el día de su muerte, Arcos asistió sin escoltas ni chofer a una reunión en Petaquillas, una comunidad controlada por este grupo criminal. Horas más tarde, su cuerpo fue encontrado sin vida.
De acuerdo con García Harfuch, Arcos viajó solo en su camioneta hacia una zona conocida como la "montaña baja", un territorio bajo dominio de Los Ardillos. La pérdida de contacto con el alcalde disparó las alarmas, y su trágico destino fue descubierto poco después .
El control territorial en Chilpancingo y otros municipios aledaños, como Acapulco, está en disputa entre dos poderosos grupos criminales: Los Ardillos y Los Tlacos. Esta guerra por el control ha convertido la región en una de las más peligrosas de Guerrero, donde funcionarios públicos son obligados a negociar con los cárteles o enfrentar terribles consecuencias.
Este caso ha puesto de manifiesto el nivel de violencia y la fragilidad institucional en la región. La muerte de Arcos Catalán no solo es un ataque contra una figura pública, sino una clara advertencia sobre el poder que los cárteles han acumulado en Guerrero, donde el control político y criminal parecen ir de la mano.
GUSTAVO ALARCÓN ASUMIRÁ COMO ALCALDE DE CHILPANCINGO
Tras el trágico asesinato de Alejandro Arcos, Gustavo Alarcón tomará el cargo de alcalde de Chilpancingo. Su nombramiento llega en medio de una crisis de inseguridad en la región, marcada por el control de cárteles como Los Ardillos. Alarcón enfrentará el desafío de gobernar en un contexto de violencia y tensión política.
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