lunes, 14 de agosto de 2017

Homenaje a Francisco Sierra Ochoa; veterano de escuadrón 201

Agencia MANL

Era originario de Huetamo, Michoacán. Él dejó su pueblo en busca de una oportunidad y creció estudiando en un orfanato de la Ciudad de México. Al terminar la secundaria, ingresó a la Escuela Militar de Transmisiones; pocos años después, al haberse graduado, fue seleccionado como miembro del Escuadrón 201 de la FAEM para ir a combatir a las Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial.

Hasta 1945 su vida se resume en una muy difícil niñez, una dura adolescencia de educación militar y uno de sus más sobresalientes logros para entonces era haberse convertido en veterano condecorado de la Segunda Guerra Mundial; sin embargo dejó el Ejército en busca de crecimiento personal, aunque sólo consiguió ser velador y cuidador de cines.

Su persistencia le llevó a conseguir un empleo en el aeropuerto del Distrito Federal, como radio operador del Banco de México; pero él no era esa clase de hombre que buscara sólo un trabajo promedio para poder vivir, sino la constante manera de crecer como persona. Por ello, consiguió una beca para estudiar en la Escuela Bancaria Comercial y ese niño pobre que se volvió soldado, veterano de guerra, velador, cuidador de cines y radio operador, se transformó en uno de los directivos del Banco Nacional de México.

Ese fue Francisco Sierra Ochoa; un hombre que jamás miraba a nadie por debajo del hombro, que nunca se presentaba con títulos profesionales ni militares, que nunca se quejaba de las dificultades de su vida y que pocas veces hablaba sobre sí mismo.

Las entrevistas con este veterano fueron las más difíciles que tuve, pues casi todo lo que sabía acerca de él era por boca de sus compañeros. No obstante, también fue uno de los entrevistados que más valió la pena y por lo cual decidí que sería uno de los protagonistas del libro "Escuadrón 201".
Hoy 13 de agosto de 2017, en la Ciudad de Guadalajara, el Sargento 1/o. Francisco Sierra Ochoa emprendió su último vuelo.

Por medio de estas breves líneas, valga un corto homenaje para preservar viva su memoria y recordarle como el ser humano ejemplar en el que se convirtió luchando día a día, levantándose tantas veces como las que cayó para demostrarse a sí mismo que por encima de él sólo estaba el cielo.
Descanse en Paz, Sargento 1/o. Francisco Sierra Ochoa.

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