* Sus superiores lo enviaron a apagar el fuego y cumplió con su deber
Agencia MANL
Atizapán de Zaragoza.- Con premura, los servicios de emergencia lo trasladaron a la Cruz Roja de Naucalpan y, finalmente, a Polanco, en un intento desesperado por salvar su vida. Sin embargo, las esperanzas se desvanecieron cuando David Fabricio sucumbió a las graves consecuencias de su valiente acto.
Lo más lamentable de esta historia es que David, en su labor como bombero voluntario, carecía del equipo de protección adecuado y del necesario adiestramiento para enfrentarse a una situación de tal magnitud. Su sacrificio y valentía contrastan con la ausencia de medidas básicas de seguridad que podrían haber evitado esta tragedia.
La muerte de David Fabricio Santa María de Jesús es un recordatorio sombrío de los riesgos que enfrentan los bomberos voluntarios, quienes, motivados por el deseo de servir a su comunidad, a menudo trabajan en condiciones precarias y sin el respaldo necesario. Su legado perdurará como un llamado de atención sobre la importancia de garantizar la seguridad y el bienestar de aquellos que arriesgan sus vidas para proteger a los demás.
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